JUAN RULFO
Juan
Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, conocido como Juan Rulfo (Acapulco, Jalisco, 16 de mayo de 1917 - Ciudad de México, 7 de enero de 1986), fue un escritor,
guionista y fotógrafo mexicano, perteneciente a la generación del 52. La reputación de Rulfo se asienta en
dos libros: El Llano en llamas, compuesto de diecisiete
relatos y publicado en 1953, y la novela Pedro Páramo, publicada en 1955.
Juan Rulfo fue uno de los
grandes escritores latinoamericanos del siglo XX. En sus obras se presenta una
combinación de realidad y fantasía cuya acción se desarrolla en escenarios
mexicanos. Sus personajes representan y reflejan el tipismo del lugar con sus
grandes problemáticas socio-culturales entretejidas con el mundo fantástico. La
obra de Rulfo, y sobre todo Pedro
Páramo, es el parteaguas de la literatura mexicana que marca el fin de la novela revolucionaria, lo que permitió las
experimentaciones narrativas, como es el caso de la generación del medio siglo
en México o los escritores pertenecientes al boom latinoamericano.
A Juan
Rulfo le bastaron una novela y un libro de cuentos para ocupar un lugar de
privilegio dentro de las letras hispanoamericanas. Creador de un universo rural
inconfundible, el narrador plasmó en sus narraciones no sólo las peculiaridades
de la idiosincrasia mexicana, sino también el drama profundo de la condición
humana. El llano en llamas (1953)
reúne quince cuentos que reflejan un mundo cerrado y violento donde el
costumbrismo tradicional se desplaza para vincularse con los mitos más antiguos
de Occidente: la búsqueda del padre, la expulsión del paraíso, la culpa
original, la primera pareja, la vida, la muerte. Pedro Páramo (1955) trata los mismos temas de sus
relatos, pero los traslada al ámbito de la novela rodeándolos de una atmósfera
macabra y poética. Este libro ostenta, además, una prodigiosa arquitectura
formal que fragmenta el carácter lineal del relato.
Juan Rulfo
creció en el pequeño pueblo de San Gabriel, villa rural dominada por la
superstición y el culto a los muertos, y sufrió allí las duras consecuencias de
las luchas cristeras en su familia más cercana (su padre fue asesinado). Esos
primeros años de su vida habrían de conformar en parte el universo desolado que
Juan Rulfo recreó en su breve pero brillante obra.
Rulfo vivió en San Gabriel
hasta los diez años, en compañía de su abuela, para ingresar luego en un
orfanato donde permaneció cuatro años más. Puede afirmarse, sin temor a
incurrir en error, que la rebelión de los cristeros fue determinante en el
despertar de su vocación literaria, pues el sacerdote del pueblo, con el deseo
de preservar la biblioteca parroquial, la confió a la abuela del niño. Rulfo
tuvo así a su alcance, cuando apenas había cumplido los ocho años, todos
aquellos libros que no tardaron en llenar sus ratos de ocio.
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