martes, 21 de agosto de 2018

Actividad 1. Integración y redacción del informe final



HISTORIA DE LAS UNIDADES DE CUIDADOS ESPECIALES EN MÉXICO
Elaborado por Márquez Salgado Lizeth


Contenido
Introducción 2
Delimitación y planteamiento del problema 2
Hipótesis 2
Justificación 2
Objetivos 2
Marco Teórico 3
Antecedentes históricos generales 3
Medicina Critica 5
El paciente critico 8
El problema de gestionar los ingresos 8
Conocimientos necesarios 10
Futuro de la especialidad de medicina intensiva 10
UCIS en México 11
Enfermería 14
Nacimiento nacional de las UCIS 15
Conclusiones 24
Bibliografía 24
Anexos 26








Introducción
Esta tesina se elaboró con el fin de conocer a detalle cuando y en donde surgió la primera unidad de Cuidados Intensivos en México y como ha ido mejorando y evolucionando su atención con el paso de los años; para la elaboración de esta tesina se realizó una investigación en numerosos artículos mexicanos, así como también en una tesis sobre este tema que se elaboró en el año del 2003.
Delimitación y planteamiento del problema
¿Cuáles han sido los principales cambios históricos en los últimos 50 años en las Unidades de cuidados intensivos en México?
Hipótesis
En estos últimos años los principales avances se han dado esta dado por los novedosos instrumentos que se han implementado para la atención del paciente.
Justificación
Se eligió este tema por la poca información que se encuentra en Internet sobre el tema, para ayudar al médico a conocer más sobre los inicios de este servicio de atención especializada, además con el fin principal de dar a conocer los principales hechos relevantes a lo largo de estos 50 años, para que el estudiante de medicina, el residente o el Medico adscrito tenga la capacidad de ver día a día cuanto ha cambiado su lugar de trabajo a lo largo de estos años y todo lo que se ha tenido que ir modificando para darle mejor atención al paciente.
Objetivos
Se encontraran las principales diferencias entre los últimos cinco siglos respecto a la atención y a los avances que se han hecho en este campo.
Marco Teórico
Antecedentes históricos generales
La primera referencia a la agrupación de enfermos críticos en un área común dotada de mayores recursos y para un mejor aprovechamiento de éstos tiene lugar en la Guerra de Crimea (1854-1856) y su principal precursora fue Florence Nighthindale.
Esa idea inicial fue evolucionando a lo largo de los años hasta que en los años 50- 60, se crearon las primeras Unidades de Cuidados Intensivos, gracias a los avances de la Medicina y de la técnica en general, que hacían posible revertir situaciones críticas hasta entonces irreversibles: como los primeros respiradores (1954), los sistemas de circulación extracorpórea (1952) e hipotermia (1953), el primer desfibrilador externo (1956), los catéteres venosos centrales, e incluso el uso extensivo de antibióticos.
Esta evolución se concretó en dos modelos de desarrollo, uno derivado de la necesidad de ventilación mecánica surgida en la epidemia de poliomielitis que en esa década afectó especialmente a los países del Norte de Europa y Norteamérica y que produjeron numerosos casos de insuficiencia respiratoria aguda secundaria y un segundo que determinó la creación de unidades específicas para enfermos coronarios.
En España, la primera UCI se creó en 1966 en la Clínica de la Concepción de Madrid, seguida en 1969 por la primera Unidad Coronaria en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona.
Aunque inicialmente los encargados de dirigir dichas unidades eran médicos procedentes de diversas especialidades, principalmente cardiólogos, neumólogos, internistas y anestesiólogos; poco a poco fue necesaria crear una nueva especialidad (Medicina Intensiva), ya que:
a) Los pacientes críticos, independientemente de su enfermedad de base tienen en muchos casos características fisiopatológicas y clínicas homogéneas. Se comienza a diferenciar un grupo de pacientes que tienen sus procesos vitales alterados, con compromiso de su supervivencia pero de un modo reversible eran pacientes potencialmente curables.
b) Estos pacientes con un claro riesgo vital, precisan de unas estrategias precisas, y específicas, de vigilancia y de tratamiento.
c) Asimilar el significado y la utilización de los avances tecnológicos dirigidos a este tipo de enfermos. Una de las constantes de esta especialidad es el alto grado de sofisticación tecnológica.
En los últimos años a estas premisas iniciales se han unido otras dos que tienen hoy en día una importancia incuestionable:
Imperativo bioético. Es evidente que los avances técnicos nos permiten luchar por la vida y mantenerla en circunstancias antes impensables ¿pero a todos los pacientes?¿en todas las circunstancias?.
Surgen conceptos, como la autonomía del paciente, la adecuación de los cuidados al final de la vida (antes LET), encarnizamiento terapéutico, la confidencialidad y la privacidad de los pacientes, un punto constante de reflexión de nuestras actuaciones,  además de que derivada de la alta concentración de recursos, las UCIS son muy costosas lo que nos obliga a una gestión con los mayores estándares de calidad y de eficiencia.
Medicina Critica
El termino de medicina crítica se introdujo y conoció a finales de 1950 en la Universidad del Sur de California. Este concepto hace referencia al espacio físico, a la concentración de recursos materiales y  a la presencia de personal capacitado específicamente en la atención del paciente en situación de gravedad que pone en peligro su  vida. Asimismo, se  requiere el cuidado y monitoreo en forma continua a fin de detectar cualquier desviación y que ésta se prevenga  o corrija en forma oportuna. A través de cambios y ajustes en tiempo real mediante monitoreo electrónico de signos vitales, monitoreo hemodinámico, respiratorio, metabólico, etcétera, el cuidado ha venido especializándose de tal forma que ha delegado sus objetivos a una nueva generación de médicos, enfermeras, terapistas y clínicos farmacólogos agrupados en unidades de cuidados especiales.
Desde entonces, el progreso en el manejo del paciente con riesgo agudo de algún padecimiento que amenazara su vida se aceleró con avances tecnológicos de monitoreo incrementando el conocimiento médico, así como con intervenciones de tipo invasivo y no invasivo que pudieran realizarse (intubación, ventilación mecánica, ventilación mecánica no invasiva hemodiálisis, reemplazo de volumen guiado por la medición de presiones intravasculares, gasto cardiaco, mejoras en la reanimación cardiopulmonar, desfibrilación y la colocación de marcapasos intravenosos transitorios se volvieron de uso común). Estas técnicas particulares han progresado en las últimas décadas facilitando la labor de los anestesiólogos en  la sala de operaciones, las unidades de recuperación posanestésica y por cardiólogos en sala de hemodinámica. Los métodos convencionales de observación basados en la exploración física y medición manual de signos vitales en la cama del paciente fueron sustituidos por técnicas electrónicas de monitorización cuantitativa y cualitativa.
Estos métodos de monitoreo y medición se volvieron no sólo prácticas aceptables, sino que rápidamente fueron implementados por los hospitales en sitios designados como unidades de cuidados intensivos o en algunos países de Europa como unidades de terapia intensiva.
En muchos centros, las unidades especializadas  se establecieron más tarde como unidades aún más especializadas (cardiacas, respiratorias, quirúrgicas, neurológicas y posteriormente en pediátricas y neonatales). En algunos hospitales, la medicina del cuidado crítico rápidamente se volvió una disciplina nueva de interés hospitalario y al cabo de unos años se convirtió en una subespecialidad reconocida y en una necesidad en el manejo intrahospitalario.
En 1850, durante la Guerra de Crimea, fue el sitio donde se originaron los pioneros y la contribución a la medicina crítica gracias a Florence Nightingale, quien es admirada y es un símbolo para la enfermería profesional. Nightingale concentró a los soldados gravemente heridos en una sola área que fue la más próxima a la central de enfermería para que  pudieran recibir atención intensiva  de  enfermería.
En 1923, el Doctor Walter Dandy creó el concepto de recuperación postquirúrgica y organizó la unidad postquirúrgica neuroquirúrgica en el Hospital Johns Hopkins en Baltimore, reclutando personal de enfermería especializado. Las enfermeras profesionales se volvieron especialistas al pie de cama bajo la dirección de neurocirujanos. Este cuidado inicial intensivo se convirtió en un modelo para las  unidades de recuperación postquirúrgica que proveían manejo intensivo postquirúrgico durante la Segunda Guerra Mundial.
Posteriormente, se desarrollaron unidades de recuperación postanestésica para manejo de pacientes postquirúrgicos, permitiendo un mejor pronóstico en el postoperatorio de procedimientos quirúrgicos invasivos incluyendo cirugías cardiacas y oncológicas.
Respecto a la tecnología de soporte vital, la referencia se realiza desde la epidemia de poliomielitis de 1940 y 1950, en las cuales, la alta incidencia de polio bulbar con parálisis  neuromuscular dio  pauta al uso de sistemas de ventilación mecánica, en este caso con los pulmones de acero (pulmotor) creando una forma de asistencia ventilatoria para los enfermos.


La introducción de la ventilación mecánica manual para pacientes no quirúrgicos fue el parteaguas de la ventilación mecánica fuera de la  sala  de operaciones. Bjørn Ibsen en Dinamarca utilizó métodos manuales de ventilación con presión positiva reclutando pacientes que utilizaban bolsa mascarilla para la ventilación.
Los tubos de traqueotomía eran adheridos a una bolsa de plástico que proveía aire u oxígeno cuando  se comprimía manualmente, sólo después de la emergencia de ventilación mecánica se empezó a utilizarse de manera significativa para insuficiencia respiratoria aguda y a finales de 1950 con el establecimiento de las unidades de terapia intensiva.
El paciente critico
La Medicina Intensiva es la rama de la Medicina que se ocupa del paciente crítico, considerado como aquel que presenta alteraciones fisiopatológicas que han alcanzado un nivel de severidad tal que representen una amenaza actual o potencial para su vida y al mismo tiempo, son susceptibles de recuperación.
Por tanto, hay cuatro características básicas que definen al paciente crítico:
1) Enfermedad grave
2) Reversibilidad potencial de la enfermedad
3) Necesidad de asistencia y cuidados de enfermería continuos
4) Necesidad de un área tecnificada (UCI).
Las UCIS son Servicios de carácter polivalente, que funcionan en íntima conexión con los demás servicios hospitalarios y del Área de Salud y atienden tanto a pacientes médicos como quirúrgicos, con el denominador común de su carácter crítico y potencialmente recuperable. A ello hay que añadir la labor que desempeñan en el soporte del potencial donante de órganos.
Pero la especialidad ha dado desde hace unos años un paso más al incluir su ámbito de actuación a todos los pacientes críticos independientemente de su ubicación. A si su labor puede desarrollarse en régimen de complementariedad, no competencia fuera de las UCIS: tanto en el ámbito extrahospitalario como en el hospital (urgencias, planta de hospitalización, etc.).
El problema de gestionar los ingresos
Quizás el problema mayor, y más conflictivo, de la labor cotidiana en una Unidad de Cuidados Intensivos es establecer criterios objetivos de ingreso con el fin de seleccionar a los pacientes que más puedan beneficiarse de un tratamiento en UCI.
La aceptación de un paciente supone restar posibilidades de hacerlo a los siguientes:
1. Limitación de los recursos tanto económicos (el coste de un día de estancia en UCI se estima tres veces superior al de un día en planta de hospitalización) como de espacio (el número de camas es limitado)
2. Los principio bioéticos de la Medicina y fundamentalmente el de No Dañar (Primum Non Nocere). Para evitar el encarnizamiento terapéutico con aquellos pacientes con un pronóstico infausto e irreversible.
Consecuentemente el Colegio Americano de Cuidados Intensivos estableció unos criterios generales de priorización de admisiones de enfermos críticos en las UCIS:
    Prioridad 1 (alta): Enfermos inestables con necesidad de monitorización y tratamiento intensivo que no puede aplicarse fuera de la UCI. En general incluye a enfermos con disfunción aguda de uno o más órganos  (insuficiencia aguda cardiaca, respiratoria, hepática, renal), o en estado de shock (politraumatismos, TCE, shock hemorrágico, séptico) o aquellos sometidos recientemente a una intervención quirúrgica de alto riesgo (cirugía cardiaca).
    Prioridad 2 (alta): Enfermos que precisan monitorización intensiva y que potencialmente pueden requerir una intervención inmediata sólo posible en una UCI, como intubación endotraqueal, pericardiocentesis, drenaje pleural, etc.
    Prioridad 3 (media): Enfermos con capacidad de recuperación reducida por su enfermedad de base. Son pacientes en los que se puede establecer un tratamiento intensivo hasta un determinado límite. En estos casos la decisión de ingresar o no en UCI se tomará de manera individualizada, teniendo en cuenta el pronóstico vital del enfermo a medio plazo (pacientes con determinados cánceres con enfermedad metastásica pueden sobrevivir varios años con tratamiento oncológico si superan el proceso agudo que les afecta y por lo tanto se beneficiarían de ingreso en UCI, mientras que otros tienen una esperanza de supervivencia de escasos meses con muy mala calidad de vida e ingresarlos supondría encarnizamiento). En este tipo de pacientes es necesario tomar la decisión de manera consensuada con el paciente, con sus familiares y con otros médicos implicados en su asistencia.
    Prioridad 4 (baja): Enfermos sin indicación de ingreso en UCI y que sólo han de ser admitidos de forma individual y por alguna otra razón que rodee al caso. En este grupo quedarían clasificados aquellos pacientes con cuadros de gravedad moderada con escasas probabilidades de requerir una intervención inmediata y aquellos en situación terminal, irreversibles y en situación de muerte inminente.
Conocimientos necesarios
El médico especialista en Medicina Intensiva ha de tener amplios conocimientos en fisiopatología, para su diagnóstico, tratamiento y reversión a la normalidad. Debe ser capaz de diagnosticar y tratar las enfermedades que le son propias. Asimismo ha de saber realizar una serie de técnicas invasivas imprescindibles en la práctica diaria como intubación orotraqueal, manejo de vía aérea mediante ventilación mecánica invasiva o no invasiva, canalización de vías venosas centrales, drenaje de cavidades como la cavidad pericárdica, pleural o peritoneal, realización de técnicas de hemofiltración y debe aprender a no realizarlas cuando no es preciso o no está indicadas
Futuro de la especialidad de medicina intensiva
La especialidad debe ser capaz de afrontar con valentía sus dos limitaciones principales: debe ejercerse fuera de las UCIS y debe ser ejemplo de eficiencia.
Mientras que las UCIS son sin duda las áreas más caras de los hospitales; los intensivistas deben desarrollar su labor de forma extremadamente eficiente fuera de sus muros, atendiendo a los pacientes que les son propios.
Por otro lado el desarrollo de los hospitales viene marcado por la aparición de unidades encargadas del aseguramiento de determinados procesos clínicos con la filosofía de que el paciente debe ser el centro del sistema. Sin duda los Servicios de Medicina Intensiva deben formar parte de este sistema con otras especialidades médicas.
Es imperativo que la Medicina Intensiva sea consciente de las incomparables ventajas que disfruta tanto para la docencia (pre y postgrado) como para la investigación al tener a su alcance parámetros fisiológicos exclusivos por la “multi- monitorización de sus enfermos.
Aunque no ha sido una especialidad reconocida en muchos países, es presumible un mayor reconocimiento en un futuro, por la necesidad de gestión única de los conocimientos y de los recursos sanitarios precisos para atender a los pacientes gravemente enfermos.
UCIS en México
En el año de 1962, el Dr. Héctor Hugo Rivera Reyes, jefe de residentes de  medicina interna del Hospital General, solicitó a la Dirección, a cargo del Dr. Clemente Robles, la creación de un local para la atención de los pacientes graves de medicina interna que por su estado crítico no se podían vigilar en forma continua durante las 24 horas del día en los servicios de hospitalización, o eran rechazados por los servicios de internamiento porque necesitaban vigilancia constante y eran considerados sin posibilidades de recuperación. Se refería a los enfermos cirróticos con sangrado del tubo digestivo alto y en estado de coma, a los diabéticos descontrolados con cetoacidosis, enfermos con problemas vasculares cerebrales, infarto del miocardio, etcétera, es decir enfermos en estado crítico.
En ese tiempo funcionaba como consulta externa del hospital un espacio a cargo del Dr. Marcelo del Razo, en la planta baja del entonces Pabellón 29 de la institución, lugar donde eran atendidos los enfermos enunciados anteriormente bajo el cuidado de los residentes del hospital y responsabilidad de los jefes de residentes de medicina interna y cirugía general.
En el mes de noviembre de 1962, se proporcionó un área localizada en un cubículo del Pabellón 12 (Unidad 110); en este lugar se instalaron seis camas y empezó a funcionar como sitio de concentración de los enfermos graves, donde se contaba prácticamente sólo con las camas, un aspirador; la buena disposición del jefe del Pabellón 12, Dr. Guillermo Bosque Pichardo, la cooperación del personal de enfermería del propio Pabellón y la dedicación acuciosa de los médicos residentes quienes aceptaron el reto de atender este tipo de problemas de medicina crítica. Este fue realmente el primer servicio de concentración de los enfermos en estado crítico.
Al principio no fueron bien comprendidos por los médicos del hospital, pues el concepto de terapia intensiva aún no existía. Durante cuatro meses, en este sitio, se atendieron problemas de terapia intensiva y se tuvo la satisfacción de lograr que algunos enfermos fueran dados de alta por mejoría o curación Posteriormente, como respuesta a los logros obtenidos en el área del Pabellón 12 (Unidad 110), se les proporcionó, en el mes de febrero de 1963, un espacio mayor localizado en la planta baja del ya reestructurado y reacondicionado Pabellón 29 (Unidad 404) de Medicina Interna a cargo del Dr. Fernando Martínez Cortés, donde se instaló el servicio que desde entonces se conoce con el nombre de Terapia Médica Intensiva.
Era un local amplio, con 20 camas, cada una con succión, oxígeno y baumanómetro empotrados, y personal idóneo, predominantemente a base de residentes, para la atención de los problemas de medicina crítica durante las 24 horas del día. Desde el inicio de actividades se revisaban todos los ingresos de pacientes en la sesión matutina de las 8:00 horas, después se pasaba visita a todos los enfermos internados (Figura 1).
Los casos de pacientes que fallecían cada mes eran evaluados en una reunión a la que acudía todo el personal de Terapia Intensiva y de Medicina Interna, Pabellón 29 (Unidad 404), de otros servicios que habían internado sus pacientes en terapia intensiva; y la participación muy instructiva de Anatomía Patológica.
Durante la gestión como Director del Hospital General del Dr. Enrique Arce Gómez (1964) se dio la orden para que la Dra. Lilia Ávila, por ese tiempo jefa de residentes de medicina interna del hospital, se hiciera cargo del Servicio de Terapia Médica Intensiva durante su gestión como jefa de residentes. Al cabo de once meses, el Dr. Rivera Reyes regresó al Servicio de Terapia Intensiva.
En 1966, se hizo cargo de la Dirección del Hospital el Dr. Raoul Fournier Villada, quien intensificó la reestructuración física de las instalaciones hospitalarias e inició el reacondicionamiento de Urgencias y Terapia Médica Intensiva. Posteriormente, se separó la Terapia Médica Intensiva del Pabellón 29 (Unidad 404) y se trasladó al ala oriente de la Unidad 103, junto con el Servicio de Hematología, donde se contaba ya con 18 camas, pero no acondicionadas para la atención de pacientes en estado crítico. Finalmente, en el año 1967, se inauguró la Unidad 202 de Terapia Médica Intensiva, que contaba con cableado para monitores electrónicos y equipo especializado; se dividió desde un principio en 10 camas para terapia intensiva, 10 camas para terapia intermedia y laboratorio de análisis clínicos. El 22 de noviembre del año 1967, el Dr. Rivera Reyes obtuvo la plaza de médico adscrito por oposición y continuó siendo el responsable del Servicio.
A partir del mes de diciembre del año 1968, por acuerdo del Consejo Técnico Consultivo, en su sesión del 17 de diciembre de 1968, se unieron los Servicios de Urgencia y Terapia Médica Intensiva como tales y el responsable siguió siendo su fundador, el Dr. Héctor Hugo Rivera Reyes. Antes de aceptar la propuesta y el nombramiento del Dr. José I. Chávez Espinosa, Subdirector Médico de la Institución, el responsable del Servicio de Terapia Médica Intensiva se reunió con todos los residentes del hospital para solicitarles su colaboración en el manejo de estos servicios, pues la vigilancia de los enfermos prácticamente sólo se podía realizar por médicos que estuvieran las 24 horas del día en la institución; los residentes unánimemente aceptaron y, a partir de entonces, el Servicio de Urgencias y Terapia Intensiva fue atendido por la residencia de médicos y cirujanos del hospital.
Se continuó con la tradición de revisar diariamente todos los ingresos en la sesión de las 8.00 horas y después de una revisión clínica completa, si se decidía una operación era hecha por los residentes de mayor jerarquía y a veces con cirujanos de base como el Dr. Armando Ordóñez Acuña y el Dr. Oscar Dávila. En la sesión nocturna de las 20:00 horas se discutían los aciertos, los errores en el diagnóstico y, sobre todo, las iatrogenias que se habían presentado.
Además se entrenaba a los residentes en la interpretación de las radiografías. Se organizó la sesión clínico-radiológica, que continúa hasta la fecha, todos los martes a las 8.00 horas en el aula de la Unidad de Radiología, donde se presentaban los casos médico-quirúrgicos en los que existía duda en su diagnóstico o en su tratamiento. Se revisaba la historia clínica y se correlacionaba con los estudios radiológicos; en caso necesario se solicitaban nuevos estudios de rayos X con los cuales se lograba integrar los diagnósticos. Se contaba con el apoyo y colaboración de los jefes de Radiología, primero el Dr. Jorge Ceballos Labat, después el Dr. José Luis Ramírez Arias y finalmente el Dr. Juan González de la Cruz, actual jefe de Radiología.
Enfermería
La capacitación de enfermeras especializadas se inició a mediados del siglo XX, aumentando las habilidades de los profesionales que fueron preparados para implementar soporte vital posterior a la introducción de nuevos monitores, el uso de las mediciones y la alta tecnología.
Por el año de 1958, nuestra visión del  resultado de los nuevos métodos para monitorear en el campo de terapia intensiva pasó a ser de una locación a un servicio clínico definido y posteriormente, a una especialidad clínica.
Asimismo, se creó el concepto de «guardia de choque» un prototipo en la Unidad de Terapia Intensiva de la Universidad de California en la que el Dr. Weil y el Dr. Shubin pusieron énfasis en la falla circulatoria y choque cardiogénico. Por una década el servicio se convirtió en multidisciplinario y terapia intensiva  postquirúrgica.
El equipo de Los Ángeles resaltó la falla miocárdica, sepsis y sobredosis de medicamentos mediante intervenciones basadas en tiempo real, déficit de volumen, infección no controlada y falla ventilatoria.
Nacimiento nacional de las UCIS
Tiene sus orígenes en la creación de la unidad de atención posquirúrgica en el Instituto nacional de cardiología por parte del Dr. Clemente Robles, cirujano  cardiovascular; asimismo, organizó un área para enfermos graves de medicina interna en el Hospital General de México. El Dr. Daniel Hernández López creó en 1968 una unidad para enfermos graves en el IMSS que consistió en 8 camas con sistema de monitoreo de cabecera, desfibriladores, electrocardiógrafo y ventiladores mecánicos. No fue hasta 1970 cuando las autoridades del IMSS reconocieron y crearon una Unidad de Cuidados Intensivos con 28  camas.  A la par de la inauguración del Hospital de la Cruz Roja Polanco en 1968 se creó una unidad de atención para enfermos postquirúrgicos de 10 camillas y para 1979 se creó una Unidad de Terapia Intensiva con  un diseño modernista.
En el Centro Hospitalario 20 de Noviembre nació la primera Unidad de Cuidados Intensivos en el año de 1964, su primer jefe fue el Dr. Luis Martin Abreu y en 1965 se nombró al Dr. Víctor Pureco Reyes.


A nivel privado, en el Hospital Español el inicio de la terapia intensiva fue marcado por dos personajes,  el Dr. Enrique Paras Chavero y su grupo de cardiólogos y por la otra parte, el Dr. Alberto VIllazón Sahagún y su grupo que conjuntaron esfuerzos para el desarrollo de la primera unidad coronaria y la primera unidad de choque; cabe mencionar que hubo un grupo de entusiastas médicos que habiendo adquirido la enseñanza de la medicina crítica inmigraron a distintas plazas para formar las bases de la medicina crítica actual en México.
Responsable de Medicina Crítica en el Hospital Español : El Dr. Alfredo Sierra Unzueta a partir de 1973
Crearon la  Unidad de  Medicina Crítica en  el  Centro  Médico «La Raza» IMSS: Dr. Daniel Hernández López y el Dr. Manuel de la Llata
Crearon la unidad del Hospital General del Centro Médico IMSS: Dr. Rafael Álvarez Cordero en 1970
Inauguró la Unidad Quirúrgica del  Instituto Nacional de las Ciencias Médicas y la Nutrición «Salvador Zubirán»: el Dr. José Luis Bravo Llamosa
Inauguraron en 1971 el Departamento de Medicina Crítica del Centro Médico ABC: El Dr.  Jesús Martínez Sánchez  junto  con el Dr. Mario Shapiro
En 1972 abrió la unidad del Hospital Regional «Adolfo López Mateos» del ISSSTE :el Dr. Edmundo León en 1972, y en 1973 se adecuó un área de recuperación  en el Hospital de Urgencias de Balbuena del D.F.
Inició la unidad del Hospital Colonia de los Ferrocarriles Nacionales de México: el  Dr. Ignacio Morales Camporredondo en 1974
Crearon la Unidad no1 del IMSS: el Dr. Jesús Benítez de la Garza  junto  con el  Dr.  Sergio  Rangel
El Departamento de Medicina Crítica del Centro Médico ABC lleva el nombre de quien impulsó la medicina crítica moderna en el mismo hospital y a nivel nacional, el Dr. Mario Shapiro, que junto con el Dr. Jesús Martínez Sánchez, fueron pilares  de una escuela con reconocimiento nacional en la formación de especialistas en medicina crítica al ser los titulares del curso universitario de medicina del enfermo en estado crítico por parte de la UNAM. Ocuparon puestos como presidentes de la Asociación Mexicana de Medicina Crítica y Terapia Intensiva, así como en el Consejo de Medicina Crítica, labor académica que se vio enriquecida con la llegada del Dr. José Elizalde González, intensivista y neumólogo de formación universitaria, experto en ventilación mecánica.
Actualmente el sector de Medicina Crítica del Centro Médico ABC goza de gran prestigio en el desempeño de sus actividades en la formación de recursos humanos con aproximadamente 165 egresados para bien de la medicina crítica mexicana; y múltiples enfermeras.

Respecto a las encuestas que se elaboraron para esta investigación, nos encontramos que la mayoría de la población no distingue adecuadamente que es una unidad de cuidados intensivos, con los siguientes resultados (Se anexa encuesta completa en la pag.).
Preguntas R. 1 R. 2 R.3 R.4
1. 3 7
2. 1 1 6 2
3. 2 8
4. 1 8 1 0
5. 2 3 3 2
6. 9 1
7. 1 3 1 5
8. 2 1 6 1
9. 4 6
10. 7 3


















Conclusiones
Se encontró que los principales cambios a lo largo de estos 50 años fueron principalmente las zonas de trabajo y los métodos con los que se realiza este labor, como en el caso del Hospital General de México en el qué al paso de los años los diversos Jefes de servicio fueron modificando las instalaciones de su Unidad de cuidados intensivos, brindándoles conforme avanzaba el tiempo mayor espacio y con esto abriéndole la oportunidad a la enseñanza en este campo. Además se muestra que en México tuvimos a excelentes pioneros en esta rama, que no se conformaron en implantar las UCIS en un solo Hospital si no que lucharon por pasar sus conocimientos a otros médicos y que ellos a su vez en el hospital en el que estuvieran lo implantaran, y así fue como en México poco a poco cada uno de sus hospitales fue obteniendo una Unidad de Cuidados Intensivos.
Bibliografía
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2. Rodríguez, B. (2015). Historia de la Medicina Critica. México, Centro Médico ABC.
3. Quijano, F. (1991). Historia de las unidades de cuidados intensivos, dos antecedentes Mexicanos. México, Gaceta Medica de México, Vol. 127.
4. Rivera, H. (2006). Historia de los servicios de Terapia Medica Intensiva Central y de Especialidades en el Hospital General de México. México, Revista médica del Hospital General, Vol.69.
5. Anon, (2018). [online] Available at: http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-89582015000200011 [Accessed 25 Jun. 2018].
6. Cursosycapacitacionarual.com. (2018). HISTORIA MEDICINA CRITICA. [online] Available at: http://www.cursosycapacitacionarual.com/historia-medicina-critica.html [Accessed 25 Jun. 2018].
7. Volkow, P., Bautista, E., de la Rosa, M., Manzano, G., Muñoz-Torrico, M. and Pérez-Padilla, R. (2018). La respuesta de la unidades de terapia intensiva frente a la pandemia de influenza AH1N1 2009: la experiencia en Chiapas, México. [online] Scielo.org.mx. Available at: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-36342011000400010 [Accessed 25 Jun. 2018].
8. López, G. (2018). default - Stanford Children's Health. [online] Stanfordchildrens.org. Available at: http://www.stanfordchildrens.org/es/topic/default?id=unidaddecuidadosintensivosneonatalesucin-90-P05498 [Accessed 25 Jun. 2018].
9. López, R. (2018). Unidad de Cuidados Intensivos | San Javier Hospital. [online] Sanjavier.com.mx. Available at: http://www.sanjavier.com.mx/servicios/unidades-y-clinicas/unidad-de-cuidados-intensivos/ [Accessed 25 Jun. 2018].
10. Aguirre, W. (2018). Hospital México tendría torre con 21 quirófanos y unidad de Cuidados Intensivos en 20 meses. [online] La Nación, Grupo Nación. Available at: https://www.nacion.com/el-pais/salud/hospital-mexico-tendria-torre-con-21-quirofanos-y/V2IUBTVEZJH3JNZBJTXCAGQWMM/story/ [Accessed 25 Jun. 2018].








Anexos
Encuesta: UNIDADES DE CUIDADOS INTENSIVOS EN MEXICO
1. ¿Usted sabe que es una unidad de cuidados intensivos?
a) Si
b) No
2. ¿Qué hospital fue el fundador de estas unidades en México?
a) Hospital Xoco
b) Hospital General de Zaragoza
c) Hospital General de México
d) Hospital 20 de Noviembre
3. En todos los hospitales se cuenta  con este servicio?
a) Si
b) No
4. ¿Cuál es el costo por día de una de esas unidades?
a) 1000
b) 10000
c) 100000
d) 1000000
5. ¿Qué tipo de padecimientos atiende?
a) Urgencias
b) Infarto al miocardio
c) Fracturas
d) Enfermedades que ponen en riesgo la vida
6. ¿Estas unidades necesitan una infraestructura distinta en el hospital?
a) Si
b) No
7. ¿Las unidades por qué tipo de personal son atendidas?
a) Solo enfermeras
b) Solo doctores
c) Enfermeras y camilleros
d) Enfermeras, camilleros y médicos
8. ¿A partir de qué edad se reciben a los pacientes en esta unidad?
a) Desde el nacimiento
b) Mayores de 10 años
c) Mayores de 65 años
d) Mayores de 30 años
9. ¿En estas unidades se puede permanecer por más de 1mes?
a) Si
b) No
10. ¡Ha escuchado a algún amigo, familiar o conocido hablar sobre estas unidades?
a) Si
b) No


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